Como se mecen las olas en el mar, las flores con el viento; tu recuerdo en mi mente viene y va. En mi corazón, tan honda y ficticia, la idea de un utópico amor que alcanzamos juntos, con besos inventados, abrazos de juguete, miradas de plastidecor. Suena siempre, tan honda y ficticia, la promesa de un amor que no tendremos. Bajo el suave vaivén de la melodía de un piano desolado, bailo contigo y sin ti. Contigo dentro y sin ti. Tú estás lejos. Vagabundo vagueo por las calles del recuerdo, persiguiendo el rastro de caracol que dejaste cicatrizado en mi. A veces caminando y, otras veces, corriendo. ¿Crees que puedo correr lo suficiente para dejarme atrás?
Dime, muñeca, ¿cuándo volverás? No te echo de menos pero tampoco de más. Permíteme otra cita, otros puntos suspensivos, otra oportunidad inflamada de esperanza. Y soñar. Concédeme el lujo de otro sueño juntos.
Sólo quiero pasear, cogidos de la mano. Sólo quiero retomar viejos romanticismos. Las poesías y los atardeceres de otoño. Los besos de cuello y los abrazos rotundos. Las miradas llenas y las promesas de un todo por cumplir.
Cariño, tú siempre y, no obstante, casi nuca, me elevas a la cima de la tragedia humana y me recuerdas la perfección. También permites que alcance la felicidad y sonría. A veces, la vida, me da la satisfacción de alcanzarte cuando me dejo atrás. Perderlo todo y encontrarte, perderlo todo y ganar más. Encontrarte al doblar cada esquina. Yo me pregunto si sigues sin creer en el amor.
Un blog muy poético, muy entrañable, muy personal pero a la vez muy "para todos".
ResponderEliminarUn abrazo
Me pone los pelos de punta esta entrada, me fascina.
ResponderEliminarUn beso :)