Caminaba en silencio pero sus pensamientos hablaban. Hablaban de lo rápido que se pasa la vida, de lo rápido que se terminan las historias y de que algunos capítulos se quedan colgados. Cuando morimos todos nos quedamos esperando algunos segundos más, queremos un poco más... y no hay más. ¿Cómo será morir? la verdad es que no lo sé, nunca me ha pasado.
La vida es como un río, decía. Un río que cruza un inmenso país, un inmenso mundo. Y mientras el rió cruza el país el paisaje va cambiando, pero no el río. El río termina desembocando en el mar y, entonces, del río ya no queda río sino la indescifrable historia del mundo. Todos nos ahogamos si el mar es muy profundo.
Ella también me dijo que la vida era un camino, pero no me dijo dónde terminaba, creo que no lo sabía. ¿Cómo saber dónde termina un camino si nunca nadie lo terminó? Yo creo que la vida es un camino que lleva hasta donde nadie sabe llegar si no es con el paso del tiempo. El tiempo no sólo lo cura todo sino que además lo termina. Y cuando el camino (la vida) termina, lo único que queda es... la verdad es que no queda nada. El camino tiene un final y es bien sabido que los finales terminan las cosas.
Y sobre si luchar o no, sobre si cumplir nuestros sueños o no; porque veréis, si todos terminamos en el mismo mar no merece la pena retrasar lo inevitable. Todos terminamos siendo polvo y el polvo no es algo agradable, es más, cada vez hay más productos para terminar con el polvo, ese es el aprecio que nos queda en el mundo cuando estamos muertos: productos de limpieza.
Y luego recordé aquellas palabras, creo que me las dijo ella, porque ella me habló mucho sobre la muerte, quería que estuviese preparado para no sorprenderme, pues "La muerte -me decía- es una palabra que no esconde nada, es una palabra hueca. La única palabra que no podemos experimentar, morimos antes de hacerlo."
Y creo que así es la vida; sólo puedo hacer conclusiones sobre ésta. ¿Cómo vas a estar seguro de dónde termina el camino si nadie lo ha terminado nunca? y lo peor de todo es que cuando lo terminemos ya estaremos muertos y el viejo cliché de no saber nada seguirá así hasta... hasta siempre. A esto concluyo que el conocimiento que podemos tener sobre la vida y la muerte se reduce a las experiencias que tenemos en el camino, no al conocimiento que desprende la experiencia.
Tempus fugit, me sorprende reconocer cuánta razón tienen estas palabras. Doy por dada la lección de hoy, ya puede usted suicidarse o vivir 100 años, su culo va a terminar en el mismo sitio, no obstante, si me permite un consejo, ya que su historia va a terminar tarde o temprano, le recomiendo que mientras la cosa funcione usted disfrute y tenga muchos hijos, que sea bueno (o no) no me importa, simplemente tenga algunos hijos y dígales que la vida no es el camino, sino el momento.
Lo importante no es donde llegamos todos, es la forma en la que llegamos hasta ese 'mar'. ¡Buenas noches! :D
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