Si algún día te acuerdas llámame, no lo olvides. No olvides que te quiero aunque tú no quieras; aunque no me quieras, digo. No te olvides de otra cosa; no te olvides de decir que me echas de menos, miénteme si hace falta, será nuestra mentira piadosa y yo seré feliz mientras tanto. No te olvides de cogerme de la mano, aunque te cueste, porque cuando te cojo de la mano me siento más fuerte, no sabría explicarlo. No te olvides de nuestro paseo nocturno, cuando la Luna está alta y los grillos cantan escondidos. No te olvides, por lo que más quieras, de que mi cumpleaños es el 5 de diciembre y soy alérgico a la vainilla. No te olvides de que no quiero regalos, sólo quiero que vengas y te quedes esa noche y por la mañana comamos tortitas para el desayuno. No te olvides de la rutina de los corazones rotos, que tardan 368 días y 500 noches en olvidar. No, no te olvides de que me gusta escuchar a Sabina cuando me encuentro solo y no me siento a cenar con nadie. Me gustaría pedirte, ya de paso, que no te olvides de mi. No te olvides tampoco de lo que te dije hace tiempo: que te querría para siempre. No te olvides de que siempre cumplo lo que digo. Sabes, creo que el que debería olvidar soy yo. Olvidarte y dejarte ir y dejarme ir e irnos todos. Pero, antes de nada, no te olvides de llamarme.
Para Natalia
No olvides que cada palabra tuya que leo es como un aire cálido para mi. Gracias
ResponderEliminaroooooh... que no se olvide!
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