lunes, 23 de enero de 2012

Los días raros


Hace tiempo que me pierdo; que me encuentro en ninguna parte. Hace tiempo que he callado todos los gritos que, en silencio, han desnudado cicatrices. ¿Y ahora? ya no sé que hacer ahora. Ya no sé si no sé nada, o si lo que sé no tiene importancia. ¿Es necesario responderse?

Como siempre, tan acostumbrado, termino en el mismo apagón de llanto. Llanto silencioso e invisible. Ya no lloro, pero cuánto he llorado. El peor llanto es la sequía y estoy seco desde hace mucho tiempo.

Algunos días quiero escapar lejos. Lo más lejos posible. Creo que lo más lejos posible no será lo suficientemente lejos. Otros días quiero quedarme y anclarme en estos sitios, tan vistos, tan cegados. Lugares tan ausentes de algo nuevo. Y después de esos "algunos" y esos "otros", hay una tercera clase de días: los días raros. 

Los días raros son incognoscibles. Los días raros me abandono en el vaivén de silencio. Los días raros me desencanto y me encanto. Los días raros no me entiendo, no me importo. Los días raros arañan y curan. Los días raros llegan sin avisar y entran, siempre entran. Los días raros soy yo cuando me siento insensible al ruido.

Soy la necesidad de saltar por el precipicio de romper viejos miedos. Soy la indecisión del cambio. Hace tiempo que no me entiendo. ¿Me habré convertido en mi pasado? 


5 comentarios:

  1. Los días raros son los que nos permiten adentrarnos más fácilmente en nuestra propia mente y conocernos en todas nuestras facetas.

    Sin días raros no habría días buenos, ni reflexión.

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  2. Curioso. Me he sentido identificado.
    Me ha gustado tu entrada.

    Seu.

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  3. ¿Sabes qué? En los días raros me conozco más a mi misma, en los días raros estoy arriba y de repente caigo, y estoy abajo y de repente lloro, y en lo cristalino de esa lágrima veo la claridad de lo oscuro del momento. En los días raros voy al cine Ideal, camino entre butacas con historias, o entre butacas "vacías", y busco un sitio para mí, allí los minutos no existen, no hay reloj que mate el tiempo, y cuando no queda más remedio que salir de ese placentero paréntesis, ya nada es tan raro. Intento aguantar esa sensación, agarrarla lo más fuerte posible e intento retenerla hasta el momento en el que vuelvo abajo. Es poético y bonito en el fondo que haya alguien más con esos días raros.

    S.

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  4. nanina,
    Mi vida está llena de días raros. Comparto mi vida con un hombre que no sabe amar, que ha endiosado el dinero, autodenominándose financiero. Busco a solas, en lo más profundo de mi ser motivos para alegrarme la vida y así me voy dando pila para salir adelante. a gritos pido amabilidad, buen trato, consideración y no que alguien te diga "eres necesaria para mi vejez".Quiero importarle a mi pareja.

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  5. Tus letras me matan ! Soy tu fan!. (:

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