martes, 31 de mayo de 2011

Nunca me gustaron las despedidas



Los amores que se expresan en silencio siempre acaban mal. Allí estabas tú, como siempre, pero no todo era como siempre. Yo había cambiado. Por aquel entonces ya me gustaba profanar con orgullo que te había olvidado ¿por qué me gusta jugar tanto con la suerte? Y así es el amor, supongo. Digamos que si pasado el tiempo no he sacado conclusiones válidas sobre una relación, me propongo pasar página, en realidad cerrar el libro. Archivar las fotos de los corazones rotos.

No quiero pecar de dramatismo, amarte ya fue mi Romeo y Julieta. Nunca me acostumbraré a la fama que me dan las horas bajas ¿a qué tanto protagonismo? Y después de todo, ¿sabes? después de todo es como si no te hubieses ido. Qué trauma, a veces, me parece que te estás volviendo. Yo me contentaba con saber que tu nombre cada día me parecía más raro y un día, así como quien no quiere la cosa, me parece el más hermoso del mundo, ¿tú te crees? Podrían escribir un libro sobre estas cosas del amor. Yo nunca he amado a muchas personas ¿sabes? el amor para mi es como... ¿cómo decirte? digamos que el amor me sucede una vez al año y luego ya sólo quedan las fantasías sexuales ¿entiendes? Yo te quería a ti y estaba seguro de lo que quería. No debe de ser tan difícil comprenderlo.

No obstante, me desenamoro. No hay un tú y yo, suena tan triste ¿no es cierto? No habrá un final feliz, ¡qué va! ni siquiera llegamos al "Érase una vez..." ¡qué triste! Y no poder llorar... hace tiempo que no lloro. No poder llorar es lo peor que me está pasando en estos últimos meses. Parece que todas las lágrimas se han vuelto cinéfilas y sólo dan señales de vida cuando veo Titanic. No, si encima de desenamorado seré el cursi de los paquetes de Clinex. Sálveme (y séqueme) quien pueda. No voy a encontrar a nadie con este currículum amoroso.

Hasta aquí ha llegado el camino que seguía por ti, pero sin ti. El camino por encontrarte, por alcanzarte, el camino con la esperanza de un contigo. No, si cursi, cursi, lo que se dice cursi, siempre he sido. Pero no me quites protagonismo. Adiós. ¿Debería decirte algo más? nunca me han gustado las despedidas, nunca me han gustado los trenes que se marchan. No sé qué decir que pueda añadir un poco de calor a este frío. Supongo que las despedidas son frías, por eso en verano no duelen tanto. Por eso... adiós, hasta pronto. No, hasta pronto, no. Déjame volver a intentarlo: "Adiós, se buena". No, espera, no quiero ser tu padre. Yo... déjame volver a intentarlo una última vez: 


Adiós, se feliz.


 Sí, creo que esta vez lo hemos conseguido. Estoy orgulloso. Cuídate

 



viernes, 20 de mayo de 2011

Estimada Joana


Prólogo

Las felicitaciones me aburren, porque dejan poco margen de error. En una felicitación sólo tienes que decir lo increíble que es la persona a la que felicitas, desearle felices "x" años y esperar que se crea un poco la gran ingesta de elogios (algunos verdad, otros no tanto) que sólo usas en ocasiones especiales. 

Hoy ya ni eso, la gente te dice "Feliz cumpleaños Joana" o "Felicidades Joana" y ¿qué coño? parece que celebres tu cumpleaños 250 días al año (cómo mínimo). Podrían rascarse un poco más las ideas y regalar un instante de genialidad, creo que ya no les quedan muchos y se reservan alguno para los votos matrimoniales. Qué personas tan aburridas. Yo intento que la gente a la que aprecio se lleve una felicitación decente porque, como suele decirse, sólo cumplimos una vez en la vida los mismos años.

Capítulo 1: Felicitación

Mecánicamente, una vez al año, tenemos la necesidad de felicitar a alguna persona por su cumpleaños. Un cumpleaños es... vaya, la misma palabra lo dice: cuando una persona cumple un año más de vida. En realidad, desde esa perspectiva, 19 años no son muchos ¿verdad? o sí. Tengo la extraña sensación de que 19 no es un número grande, pero supongo que eso depende desde la perspectiva con la que lo veamos. 19 días no son muchos días, 19 meses son muchos días y 19 años son un montón ¡una montaña de días! ¿para qué tantos días si luego sólo no nos acordamos ni de la mitad? supongo que ese es un problema serio, ligado a la biología del ser humano. ¿Para qué vivir hasta el centenario si luego sólo quedan un número reducido de experiencias vitales? ¿para qué tanto avance médico y sanitario? las personas deberían vivir hasta los 30 años. Y dirás, vaya, qué tontería. Pero bueno, está comprobado que las mejores cosas se acaban pronto y que lo que dura, tarde o temprano termina perdiendo su magia. Es así, desgraciadamente, por causas puramente biológicas y racionales. Por eso, y no por otra cosa, las buenas series no superan las 8 temporadas.


Nota de capítulo

¿Esto es una felicitación? en realidad, es una excusa para exponer la ridícula pero lógica idea que tengo acerca de los cumpleaños. Lo siento Joana, creo que te estoy decepcionando bastante, o al menos tengo esa sensación. Así que, como después de todo aprecio este día y, de alguna forma parecida, te aprecio a ti, dejaré que elijas entre leer el segundo capítulo o pasar directamente al capítulo final de esta historia. Puedes hacer lo que quieras, después de todo, ésto te pertenece y siempre estará aquí. De alguna forma pasas a ser inmortal y eso no está tan mal ¿verdad?


Capítulo 2: Joana Cortés Crespo

Lo peor que puede pasar en una felicitación tan extensa como esta es que te des cuenta de que no conoces lo suficiente a la persona "cumpleañera" como para recurrir a los elogios, alagos y recuerdos de momentos "super emotivos" que habéis pasado cuando sientes que se te acaban los ases de la manga y, querida amiga, terminas hablando de fútbol en lo que iba a ser una hermosa felicitación. Las expectativas son asquerosamente reales en un principio, por eso las odio tanto.

A nadie se le ocurrirá decir que somos grandes amigos ¿sabes por qué? simplemente por el echo de que no nos conocemos lo suficiente. No por materia, sino por tiempo. Al parecer, es como si necesitases pasar un temporada predeterminada con alguien para convertirte en un buen amigo. Suele pasar que al cabo de muchos años, personas con las que llevas toda la vida se acaban convirtiendo en amigos, aunque las aborrezcas. El tiempo es relativamente traidor, hay lazos que surgen y ya.

Puedo decir, de lo poco que te conozco, que eres una gran persona. (Pensamiento en off: ¡Vamos! ¿sólo se te ocurre decirle que es una gran persona...? ¡es su cumpleaños!) Bueno, permíteme cambiar lo de "gran persona" por un más acertado "persona interesante" A la gente le gusta ser (o parecer) interesante, y que te lo digan es como si te dijesen: Oye, me gustaría conocerte. A la gente no le importa que sea o no cierto, sólo quieren escucharlo al menos una vez en la vida, porque sino, posiblemente, terminen pensando que nadie les aprecia o que nadie está interesado en ellos. Sabes, gracias a... Dios, en el mundo hay muchos gustos y puntos de vista diferentes y, por ello, toda persona tiene alguien a quien fascinar.

Pues te digo sinceramente que eres una chica interesante. Tampoco te lo tomes como un eterno cumplido porque el interés cambia con las personas. Pero reconozco que eres una persona poco común y eso siempre se agradece porque, verás, en un mundo donde modas y tendencias se acumulan en el escaparate, personas como tú permiten desconectar de todo. Alégrate, es el mejor regalo que puedo darte.

Capítulo final: Despedida

Dicen que las despedidas son tristes, ¿sabes por qué lo dicen? simplemente, porque no viven, porque no aprecian el tiempo, porque no disfrutan el momento y porque, a fin de cuentas, comprenden que en la vida no hay segundas partes.

Las despedidas no son tristes. Imagínate, sin despedidas, el mundo sería horrible. No tendríamos prisa en enamorarnos, ni en dar el primer paso, ni en tomar decisiones. Diríamos: Ya lo haré dentro de 100 años, ahora no me apetece. La gente infravalora las despedidas. Sin despedidas nos pasaríamos toda la vida en las salas de espera.

Y Joana, así es la vida, tenemos que despedirnos para encontrar un sentido a esto. Las despedidas son las bienvenidas de otras cosas ¿no crees? ¡creo que deberías soplar las velas, feliz cumpleaños!













martes, 17 de mayo de 2011

Beyond


Decían que odiar es un lastre, que la vida es demasiado corta para estar siempre cabreado. Pero a veces es imposible no odiar. Considero que la vida es lo suficientemente larga como para odiar, aunque sea un poco, aunque sea un odio de broma, aunque el odio no sea siempre sino de vez en cuando.

Deberías abrir los ojos. Vaya, es tan dolorosa la luz, pero a la vez tan hermosa. ¿Cuánto hace que tienes los ojos cerrados, desde siempre? Vaya, me alegra mirarte a los ojos, veo cosas bonitas en ellos. ¿Qué veo? pues me veo a mi. No, no quería que pensases eso. No soy egocéntrico. Pero me alegra verme a mi, yo también tengo los ojos abiertos y eso quiere decir que las cosas no van tan mal como pensaba. ¿Por qué pensaba eso? pues porque había perdido casi todas las esperanzas de encontrarle un sentido a la vida, ¿no te ha pasado nunca? Yo quería... ¡si supieses lo que quería! quería la felicidad y la libertad, pero la gente cree que alcanzar ambas cosas es muy difícil. Pregúntales, te dirán que yo era un iluso. ¿Iluso? ellos son los ilusos. Ellos son ilusos sin ilusión. Ilusionados con nada y eso es lo que terminan encontrando. Creo que les apena sentirse solos estando rodeados de tanta gente. Debe ser muy triste sentirse así, aunque no creo que lo reconozcan. Ellos siempre sonríen ¿verdad que lo hacen bien?

Y verás, además de pena, también siento odio. Odio a esa gente por conformarse con nada, porque creen que la vida es lo que planearon para ellos ¡no, eso no es vida! La vida espera aquí fuera, lejos de eso. Aquí fuera, si supieses lo bien que se está, ¡esto es vida! Pero el problema es que ellos no quieren vivir. Ellos no viven, sólo existen. La mayoría de la gente no vive, existe y eso es todo. Hoy me siento regular.




The xx – VCR






lunes, 16 de mayo de 2011

Nunca me acuerdo de olvidarte


Olvidar es un truco con trampa. Si olvidas acabas olvidando olvidar, a esa extraña conclusión he llegado. ¿Tanto cuesta borrar a una persona? en este caso no vale la goma de borrar, necesitas algo más fuerte como el alcohol o contar las estrellas hasta perder el sentido, pero en ambos casos siempre termina amaneciendo. Deberían crear algún medicamento para olvidar, pero siempre se olvidan de inventarlo. Es contradictorio.

Y no sólo olvidar es engañoso, lo que también me parece sospechoso es creer que hemos olvidado a alguien. ¿Se puede olvidar? ¿o lo único que hacemos es cerrar los ojos? a veces basta con dejar de mirar pero, tarde o temprano, tienes que volver a abrir los ojos si no quieres tropezar donde siempre, donde tropezamos todos, con la misma baldosa que sobresale de la vida.

Juego a un juego. Me he propuesto andar con los ojos cerrados, es más difícil de lo que parece a simple vista; es como estar ciego, pero en todo momento sabes que puedes terminar la partida. Es por esa misma razón por la que no aguanto más de unos pocos segundos en el silencio de no ver nada. Cuando cierro los ojos tengo la sensación de que estoy andando torcido, pero estoy seguro que incluso andando torcido, todos los caminos me llevan a ti ¡arrrivederci Roma!

Y esto es todo lo que puede decirse de la extraña batalla, a veces tan dolorosa, que mantengo con el olvido. Pero, verás, me gusta creer que esto forma parte de la vida. Que olvidar es el camino que algún día todos elegimos; y es mejor no olvidar a dónde vamos, puedes aparecer tú y, quizás, eso es suficiente...


sábado, 14 de mayo de 2011

Si la cosa funciona


Vivíamos sin saber mucho sobre nada. Saber mucho sobre algo, eso es científicamente imposible. Allí, alejados, en aquel bosque al que íbamos con la excusa de dar un paseo. Un paseo largo, de cansancio. Pero en realidad íbamos allí por miedo, por olvidar si eso, por dejar lo de siempre. Vaya, qué asco. Eran tiempos de Allí donde solíamos gritar, asquerosa canción; tan cruda, tan dura. Qué bella es la vida.

Quisiera decirte tantas cosas, abrazarte tantas veces, estar contigo tanto tiempo, como en aquella película de amor que acaba bien, pero (no es novedad) las cosas en mi vida acaban y punto. No hay buenos finales si todos terminan algo. 

Allí, sentados, en aquel bosque al que íbamos con la escusa de dar un paseo. Un paseo largo. Fumabas un cigarro al aire, y el humo formaba siluetas extrañas. Matar el tiempo, vamos, ¿fumabas por matar el tiempo? Yo fumaba por matarme a mi, pero es una afirmación demasiado profunda para tenerla en cuenta. Yo no soy profundo, sólo soy unos pocos centímetros de lo que ves. Qué cruel, me parece, a veces me estoy volviendo.

He corrido mucho desde entonces. Cuando recuerdo me parece que olvido bastante los detalles, y compenso el déficit del lujo con un poco de la imaginación que aún me queda, para llenar el cajón de la ropa polvorienta que abandonaste. A ver si me planteo un día vaciarlo.

Y ya está. No necesitamos más por ahora. No sé por qué tenemos la necesidad de necesitarlo todo, de quererlo todo, de tenerlo todo, si al final todo se acaba rompiendo y, al no poder llorar como niños, lo único que nos queda es gritar como adultos. Vaya, cuanto entristece comprobar que ya no me queda niño dentro.


THE END



martes, 10 de mayo de 2011

Inadaptados


No sé cómo será. Un día debes despertarte sumido en la inopia y lleno de arrugas. Imagínate, mirarte en el espejo y sentir que no queda mucho tiempo, debe de ser una sensación extraña. Imagino que es algo como cuando terminamos el año escolar y pensamos "pues me gustaría volver a empezar y cambiar estas cosas" o quizás "no quiero volver a empezar porque creo que lo he hecho todo bien" pero cuando quede poco, ¿qué pensaremos?, podemos pensar en volver al principio o pensar que lo que hemos vivido ha sido justo y, bueno, en pocas palabras que aceptamos nuestro destino.

. . . . 

Una abuela yacía muerta en su sofá, parecía dormida, con la cabeza reposando en su hombro, su brazo descansando inerte. En sus piernas había un viejo álbum con viejas fotos. Allí mismo abrí el álbum sin saber muy bien qué hacer, porque todo estaba calmado, incluso yo, que siempre fui como un grito. Y allí revisé todas las fotos; fotos de cuando era joven, tan bella, de cuando tenía toda la vida por delante y pensaba, pensaba que podía cambiar su vida. Aún quedaron algunas páginas por rellenar, tuve la sensación de que no le quedó tiempo o de que quizás lo que no le quedaron fueron ganas. Yo no sé qué pensó antes de morir, pero parecía calmada, supongo que la muerte nos calma a todos.

Y supongo que esa es la moraleja que hoy puedo daros. También tenía que escribir esto, me gusta recordarme a mi mismo que aún puedo cambiar las cosas pero que no siempre será así. Ahora mismo, como suele decirse, soy señor y amo de mi destino ¿no suele decirse eso?, pero no siempre es así, no siempre. Y quizás es un poco triste que tenga que recordármelo cada día.






Elige la vida. Elige un futuro.

lunes, 9 de mayo de 2011

Mi abuela en la mecedora


Hoy voy a contaros la historia de mi abuela. Aquellos que la conozcan te dirán que mi abuela era una persona estupenda, pero que estaba totalmente loca y que decía muchos insultos. Mi abuela, siempre la recodaré por su mecedora, donde miraba de vez en cuando el tiempo pasar, desde donde a veces te lanzaba la zapatilla o te maldecía; otras veces lloraba pero esa es otra historia que deberá ser contada...

...POR ENDE

Mi abuela, estoy predestinado a recordarla siempre, incluso cuando ya no esté y yo sea el de la mecedora y el de los insultos. No sé, es tan triste el tiempo pero es tan inevitable. Supongo que lo único que nos queda es habituarnos al olvido y al corretear de las manecillas del reloj por nuestra vida, es la única forma que tenemos de volar de vez en cuando por encima de las nubes y ver el Sol. Que triste me pone recordar y, escribir el recuerdo, duele aún más. 

Ojalá hubiese alguna foto, pero no la hay, tendréis que imaginar a mi abuela; tiene 87 años y está sentada en una mecedora, eso es todo lo que puede decirse de su vida ¿no es un triste pero a la vez hermoso recuerdo?





viernes, 6 de mayo de 2011

Momento de reflexión (volumen 1)


Siempre dicen que es mejor solo que mal acompañado, pero hoy en día dejad que dude; podríamos hacer un uso más realista del refrán y decir que "más vale mala compañía que la soledad", esa podría ser una idea básica y luego podéis sacar vuestras conclusiones.

Uno puede darse cuenta fácilmente de que las cosas han cambiado. Mire donde mire, incluso si uno no quiere mirar y prefiere apartar la vista, se da cuenta de que son otros tiempos los que corren; han cambiado las modas, las costumbres, los ritos, las personas.

Supongo que esto del miedo a la soledad nos viene desde hace tiempo. Pienso que la soledad es más dura cuando es más difícil quedarse solo, diríamos que es el alter ego de "lo que más cuesta, más recompensa" Pero, claro, hoy en día es tan difícil quedarse solo, aunque por otro lado, tampoco lo es tanto. Sólo necesitamos estar en silencio y ver lo incomprendidos que nos sentimos. Pero poco importa que no nos entiendan; que cada persona es un universo infinito y paralelo lo sabemos todos. Me pregunto si las relaciones son mera excusa para no sentirnos solos. El amor, la amistad, quizás fueron progresos de la evolución para adaptarnos al mundo.

¿Qué haríamos sin amigos? ¿podríamos vivir sin familia, solos, sin nadie que se preocupase por nosotros? ¿y sin el mundo, podríamos pasar desapercibidos, tener una existencia muda, carente incluso de eco?

En una vida solitaria no hay lugar para el recuerdo. Supongo que, siendo crítico, si tenemos la necesidad de personas a nuestro alrededor; amigos, familiares... es porque, después de todo, odiamos la soledad y es entonces cuando llego a la conclusión de que "más vale solo que mal acompañado" no es sino una mentira noble que nos hace sentir fuertes cuando las cosas no salen como queremos. 



"Tu lado siempre fue solitario"
Kill Bill vol. 2

miércoles, 4 de mayo de 2011

Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.




Podría escribir los versos más tristes esta noche...

Hace ya tanto tiempo de entonces; entonces cuando éramos amantes y el amor, qué decir, el amor era las más bellas sensaciones que morían en la piel. Hace tanto tiempo desde aquello. Aún me pregunto si recuerdas lo que compartimos. Aquella salvaje pasión que quisiera expresar con gritos, pero no puedo, sólo puedo rogar que aún te acuerdes y puedas revivir de alguna forma lo que escribo.

La noche está estrellada y tiritan azules los astros a lo lejos...

Quién iba a jurar que el mundo daría tantas vueltas sobre el mismo eje de tu cuerpo. Quién hubiese entonces jurado que yo aún te recordaría como si fuese ayer cuando nos vimos. Uno queda desde el primer momento impregnado de la belleza que desprenden tus ojos que, ni azules ni verdes, son los ojos más hermosos que he podido encontrar últimamente. 

El viento de la noche gira en el cielo y canta...

Aquel amor de fiero fuego, de pasión sarcástica. Tus labios en un beso, qué más puede darme el mundo si contigo sobra todo. Jamás podremos, muy a mi pesar, volver a lo de entonces. Muy a mi pesar, ya sólo queda el recuerdo y las fotografías para rescatarte de donde sea; con tal de rescatarte me conformo.

La noche esta estrellada y ella no está conmigo...

Allí a lo lejos, en el más profundo recuerdo, creo que te he escondido por miedo a perderte, por si quizás te desvaneces y me quedo con la sensación de las palabras que se quedan colgadas de la lengua, entre querer rescatarte y, quizás, olvidarte del todo. Pero supongo que no, que no puedo, que no quiero, que no puedo. Que no.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise...

Recuerdo entonces algún suspiro que ha quedado, en forma de eco. Es el único sonido que acompaña las imágenes de tu pelo, de tus manos, de tu sonrisa, de tus ojos bellos. Supongo que poco a poco me quedas menos y, restando, luego quedas en humo. Ni ecos ni sombra, todo termina cuando no hay más camino y el camino del recuerdo se consume con el tiempo, a pesar de que corramos con relojes rotos. A pesar de matar el tiempo recordando. A pesar de entonces. De entonces ya no hay mucho.

Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido...

No estés triste, me digo. No estés triste, si escuchas. Esto acaba como acaba todo, supongo. Los finales acaban perdiendo, por eso decían que la vida es triste, por eso, porque por mucho que riamos y saltemos, por mucho que volemos y dancemos bajo la lluvia, siempre queda la extraña sensación de que lo último es un silencio eterno. Y, por entonces, ya nada tendrá sentido.



martes, 3 de mayo de 2011

De cómo la barba se convierte en objeto de crítica narcisista


Llevaba yo varios meses sin afeitarme, a consecuencia, imaginad que tenía una buena barba. Sinceramente, llegados a este punto, diré que no soy ningún fetiche del pelo. No, no voy a hacer de hombre lobo en la obra de final de curso y no, no me apetece viajar a Moscú un domingo por la mañana por el atasco que se produce regularmente.

Estas vacaciones he podido comprobar que a la mayoría de la gente no le gusta la barba. Es como si viesen un culo. Se espantan, te dicen "Deberías cortártela" como si fuese fácil desprenderse de esa cosa que has estado domando durante semanas. La gente, ¿qué sabrán ellos de barba? Yo jamás le diré a nadie que se ampute una parte de su cara; sería como, en términos radicales, decirle que no me gusta tal cuál es. 

Y yo me digo, si en casa se ponen así de tercos, cierrabares, es muy posible que en clase, allá por el instituto, sea más de lo mismo. El cuento de "córtate la barba" que se repite inexorablemente como un sinfín. El cuento del "hombre lobo" que no quería ser hombre lobo, sino un chaval con barba por amor a la barba. Eso, la gente, no lo entiende. La gente prefiere pensar que eres hippie, que estás loco, que eres un guarro, que estás en un tratamiento de no-depilación láser. Que eres de Greenpeace o de Barbapeace, tampoco importa. La gente necesita razones pero, ¿quién necesita tantas razones?

He llegado al colegio y, ya de primeras, alguien ha soltado un comentario en tono gracioso de mi barba. No con malas intenciones, no voy predicando por ahí "¡No me toquéis la barba!" como aquel que dice "¡No me toquéis los huevos!" No sé qué haré cuando los comentarios sean reiterados y con malas intenciones, es posible que valiéndome de mi condición de psicópata/loco, haga uso de un boli y ponga orden y cadáveres de por medio (risas) Es broma, ¿no pertenecía a Barbapeace? sería muy irónico. Yo, ¿violento?, ni por todas las barbas del mundo.

En fin, no quiero seguir dando vueltas de barba. Solamente quería tratar el tema desde la perspectiva del narcisismo, pero ni eso. Supongo que otra vez, cuando lleguen nuevos desafíos estéticos, podamos sentarnos y hablar sobre ello. Porque, veréis, si algo sobra en el mundo son tontacos y narcisistas.