miércoles, 16 de noviembre de 2011

El hombre de las cuatro enfermedades


El pesimismo y el conformismo van cogidos de la mano. Puedes pasarte toda la vida luchando y darte cuenta de que hay cosas que jamás vencerás. La naturaleza de la existencia está por encima de la naturaleza del hombre. 

Me gustaría encontrar el equilibrio pero, considero, es una ardua tarea. Considero como 'equilibrio' la sensación mental o disposición puramente psicológica en la que sientes que eres capaz de enfrentarte a todos los males, aunque no es necesario enfrentarlos ya que el equilibrio se mantiene en la posición neutral de la indiferencia. Hakuna matata. 

He pensado en explicarme. ¿Cómo vais a entender mis razonamientos si no me explico? Cuando no me explico pienso que hacéis libre interpretación de mis palabras y tergiversáis, casi siempre, lo que digo. El problema es que tengo miedo a las explicaciones. Vosotros me creéis como una persona y, posiblemente, mi existencia se vea reducida a otra persona muy distinta. Siempre pensé que era quien queríais que fuese, quizás lo sea, pero sigo siendo, a pesar de todo, quien soy, aunque no queráis ni quiera. En conclusión, tengo miedo a dar explicaciones por si se rompe la magia de aquel que pensáis que soy y nunca he sido.

Hace tiempo que me negué a explicarme. Fui, soy y seré un libro cerrado. Contentáos contemplando la portada y degustando lo destellos de luz que pueden arrojar sobre mi persona el argumento de la contraportada. Lo superficial sigue siendo real.

He sido el hombre de las cuatro enfermedades mucho tiempo. Podría mencionar una quinta, una sexta y una séptima. Podría decir que estoy lleno de defectos y, en mi total imperfección, destacar aquellas diminutas perfecciones que me elevan a las altas esferas de lo utópico. 

Es tan difícil encontrar el equilibrio. A veces creo que estoy malinterpretando las señales de la vida. A veces pienso que dejé el equilibrio en algún punto lejano del camino, allá donde el horizonte oscurece. Delante, allá por donde amanece, como siempre, sigo esperando encontrar el cambio, la reivindicación de la propia existencia. Sigo buscando al ser perfecto, a mi alma gemela. La esperanza, que es lo último que se pierde, siempre camina conmigo.

Muchas veces me pregunto cómo seguir. ¿Cómo seguir cuando en tu corazón ya no quedan fuerzas? ¿cómo seguir cuando sabes lo que necesitas pero no sabes dónde encontrarlo? ¿cómo seguir cuando la desesperación sustituye a la esperanza? ¿cómo seguir cuando el pesimismo y el conformismo van cogidos de la mano?

Hace tiempo que me negué a explicarme. Fui, soy y seré un libro cerrado. Contentáos contemplando la portada y degustando lo destellos de luz que pueden arrojar sobre mi persona el argumento de la contraportada. Lo superficial sigue siendo real.

1 comentario:

  1. Acabo de descubrir que me encanta como escribes. Y, hasta cierto punto, podría decir que me siento, o quizás me he sentido en un tiempo ya lejano, completamente movida por las mismas palabras y sentimientos que describes aquí.

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